¿Te has parado a pensar en la composición generacional de tu equipo de trabajo? ¿Qué aporta cada generación? ¿Cuál es su valor empresarial?

¿Has oído hablar del salario emocional? Desde hace algunos años en los departamentos de recursos humanos de las grandes empresas se empieza a acuñar este término para definir “la retribución no económica que recibe un empleado por trabajar en X empresa”

La depresión, la ansiedad, la desrealización, el estrés, todas ellas son enfermedades cada vez más frecuentes en nuestra sociedad, trastornos que nos impiden desarrollarnos y nutrir el núcleo familiar, el trabajo, las amistades o las parejas sentimentales.

¿Sabías que, en la mayoría de casos, un trabajador es un 65% más efectivo en su posición durante los primeros 200 días? Luego su rendimiento va disminuyendo progresivamente a no ser que se desarrollen a conciencia buenas líneas motivacionales.